jueves, 8 de marzo de 2012

Revelan cómo el ejercicio produce una limpieza profunda del cuerpo

Fuente: Emol
Sebastián Urbina
Un buen trote, unas vueltas en bicicleta o una hora ejercitándose en el gimnasio son actividades que hacen sentir a la persona más despejada, más activa y con más energía.
Las explicaciones de esto son variadas, por ejemplo, que el ejercicio reactiva el cuerpo porque el corazón bombea más sangre, la cual lleva más oxígeno hasta los últimos rincones del organismo o, simplemente, que la actividad física ayuda a liberar endorfinas, que son sustancias que pasan a la sangre y producen bienestar a nivel cerebral.
A este panorama, ahora se agrega una nueva y notable explicación: el ejercicio facilita la limpieza interior de las células del cuerpo, como si después de correr o nadar, por ejemplo, se activaran verdaderas aspiradoras dentro de las células que recogieran todos los desperdicios -restos de membranas, proteínas dañadas, virus y hongos muertos- y procedieran a meterlos en basureros microscópicos que terminan por incinerarlo todo. Al quemarse esto, además de producir una limpieza profunda del organismo, se aporta también energía para mantener activo al cuerpo.
El hallazgo fue realizado en ratones por un equipo de investigadores de la Universidad de Texas Southwestern (EE.UU.) y sus resultados los publicó la revista Nature. Se trata de un mecanismo normal que tienen las células, que les permite comerse las cosas inservibles que van acumulando en su interior, algo así como reciclar sus desperdicios para obtener combustible fresco. Su nombre técnico es "autofagia". Lo novedoso, es que ahora se sabe que al hacer actividad física este proceso se acelera.
Posibles fármacos
"Este mecanismo le entrega a las células energía y alimento para su supervivencia en condiciones de estrés", explica a "El Mercurio" la autora del trabajo, la doctora Congcong He. Y el ejercicio es una forma de estresar al cuerpo, lo que activa este proceso de aseo. Algo que también sucede con la falta de alimentos, que es otra emergencia que enfrenta el cuerpo.
"Este mecanismo de la autofagia juega un papel protector para muchas enfermedades y también contra el envejecimiento", agrega esta investigadora.
Por eso, cuando falla, se desarrollan varias enfermedades, desde la diabetes y la distrofia muscular, hasta el Alzheimer y el cáncer. Esto porque las células comienzan a acumular desechos que pueden intoxicarlas, las hacen funcionar de manera defectuosa o, incluso, les causan la muerte.
Otro aspecto que destaca la doctora Beth Levine, quien también participó en el trabajo, es que este hallazgo podría explicar por qué ciertas personas pueden hacer ejercicio y no estar en forma. Quizás en ellos este mecanismo de limpieza no funciona en ellos al 100%.
Se espera que a futuro se puedan crear medicamentos que estimulen esta función, para que todos se puedan beneficiar de manera óptima de la actividad física.
En tanto, este estudio vuelve a reforzar la idea de que es importante mantenerse activo, como una forma sencilla y económica de estar saludable.
Test crucial
La detección de este mecanismo se hizo tiñendo las membranas de las células que envuelven los desperdicios, es decir, que actúan como basureros.
Después del ejercicio se vio que la cantidad de estas membranas se multiplicaron, revelando una aceleración de la destrucción de los desechos existentes.
Para efectos de comparación, los científicos crearon una cepa de ratones en que este mecanismo no funciona. O sea, hacen ejercicio, pero no aumenta la autofagia. Estos animales se cansan rápidamente, desarrollan diabetes y aumenta el colesterol en su sangre.

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